Jueves 5 de Mayo de 2011

Yo no conocí personalmente a Deshimaru, pero fué él el que me rescato del naufragio en uno de los peores momentos de mi vida. por lo tanto reconozco que observando sus luces y sus sombras le amo profundamente.

Hace quince o veinte años, cuando fuí a mis primeros retiros de meditación, recuerdo claramente que en los brindis finales de la seshin habia uno de agradecimiento al Sensei, han pasado los años y me parece que la figura del abuelo se ha conservado de una manera solo testimonial (vaya, a nivel de unas fotografias amarillas en el album familiar), empieza a incomodar a los egos de algunos nuevos maestros su enseñanza directa y desapegada.
La generosidad de su práctica que permitió a todos los nuevos maestros abrirse camino donde él habia quitado las hierbas, se olvida.........

Como ahora no se brinda por Deshimaru, me permito aquí en la intimidad de mi diario homenajearlo como se  merece.
Levanto mi vaso como agradecimiento a su práctica   ¡Salud!